Duelo por la mascota

Las mascotas se han convertido en miembros importantes de la familia, cada vez la relación con ellas es más estrecha, junto a ellas se construye todo un estilo de vida que gira en torno a su cuidado: salir de paseo al parque y realizar deporte en compañía, son algunas de las actividades que hacen que la vida de una persona sea diferente cuando se tiene un amigo incondicional.

Tener un animal de compañía implica con frecuencia vivir el duelo tras su muerte, incluso puede ser una de las primeras pérdidas a la que se ve enfrentada una persona, convirtiéndose en un momento difícil que puede llegar a ser muy doloroso, donde surgen distintas emociones. 

Algunas de las características de este proceso son:

Falta de reconocimiento social:

La cultura nos ha enseñado a minimizar lo que se siente, lanzando expresiones como: 

• "no vale la pena estar triste"
• "sólo era un perro"
• "no es para tanto, puedes comprarte otro"

Lo que hace que se cuestione si el dolor que se siente es el que amerita la situación sin embargo este duelo debe ser reconocido y validado, ya que la pérdida de la mascota puede tener reacciones muy similares a la pérdida de otro miembro importante de la familia.

Sentimiento de culpa: 

Debido a que el bienestar de la mascota depende de los cuidados de su dueño, la culpa puede sentirse de manera intensa ante su perdida, más aún ante los procedimientos de eutanasia, ya que se puede oscilar entre sentir que se le dio alivio al sufrimiento de la mascota, o por el contario, sentir que fue el causante de su muerte, quedando la sensación de que se pudo haber hecho algo más.

Ausencia de un ritual social de despedida:

Los rituales favorecen la elaboración del duelo, sin embargo, la pérdida de la mascota no cuenta con un ritual público de despedida, realizar de manera personal o en familia una conmemoración a la mascota puede ser de gran ayuda, por ejemplo:

• Escribir una carta de despedida a la mascota ayuda a expresar las emociones.
• Sembrar un árbol en su honor simbolizando su existencia.
• Realizar un collage con fotos como homenaje a los momentos vividos.
• Elaborar un recordatorio de la mascota personaliza el recuerdo que tendrá en la propia historia.

Es importante resaltar que algunos miembros de la familia pasan más tiempo con las mascotas y para ellos el duelo puede tornarse más doloroso, es el caso de los niños quienes suelen tener largos periodos de juego con ellas y los adultos mayores para quienes muchas veces son la única compañía.    

El apoyo y reconocimiento social son fundamentales para la elaboración de esta pérdida, algunas estrategias que favorecen el duelo son:

• Dar significado a la relación con la mascota fallecida.
• No intentar reemplazar la mascota rápidamente, construir un nuevo vínculo requiere elaborar la pérdida.
• Hablar con otras personas acerca de lo ocurrido y lo vivido.
• Organizar y poner las fotos a la vista.
• Conservar los objetos como un recuerdo significativo.

Cada relación construida con una mascota es única. Reconocer y vivir el duelo puede ayudar a comprender que su recuerdo hará parte de la existencia y por tanto los aprendizajes que deja como legado permanecerán como una huella imborrable.